lunes, 30 de agosto de 2010
Movimiento Zapatista en contra de la Globalización: “Caminando la noche para alcanzar la libertad por la mañana”.
martes, 24 de agosto de 2010
Huelga de hambre - Carta a presos políticos mapuche desde un país llamado Chile
Por entre las grietas del tardío invierno asoma urgente la furia de saberlos mapuche de hambre, de cárcel, de frio, perlado el orgullo antiguo por la sempiterna lluvia sureña. Y es esta ira la que me compele a escribirles desde un país llamado Chile que se ubica al norte del País Mapuche. Es un país novel, apenas unos doscientos años, que se empina recién en la adolescencia tratando de entender su propia historia, acaso porque no pidió nacer o lo hizo a regañadientes de algunos y por la porfía de otros. Y fueron esos arañazos de parto los que le obnubilaron el sentido de su propia raíz, del aroma a canelo tierno, del olor a humo que atiza el alma en las noches de luna llena. Entonces, allá por el amanecer de la independencia de este paisito del fin del mundo, alguien aclamó la extraordinaria valentía del mapuche en su lucha contra el conquistador hispano y todos dijeron Amen, para enaltecer su memoria, sus victorias y sus canticos de libertad que eran los mismos, decían, de la liberación chilena del yugo español.
Así, la elite chilena se reconocía vaporosamente mapuche en el discurso que intentaba construir una nueva identidad, pero lo hacía desde la seguridad de la distancia del pasado. Era la reivindicación del mapuche fosilizado en el tiempo, un indio arqueológico que no perturbara sus tierras y sus minas y sus sueños de blancos impolutos. Pero pronto otros gritaron: indio, salvaje, bárbaro, y el horror transformó los rostros de los nuevos amos del poder que, la verdad, eran los mismos oligarcas de antes. Y la oligarquía no perdona, tortura cuando tiene que torturar y mata cuando tiene que matar, a mineros, obreros, campesinos, estudiantes, indígenas, mujeres o niños. Da lo mismo si se trata de defender sus intereses económicos y políticos, pues todos son dispensables.
Bien lo sabemos acá en Chile cuando un día cualquiera decidieron no dejar germinar la primavera y nos clavaron una dictadura militar en medio del corazón y para siempre. En esos días también nos llamaron terroristas, para desaparecernos, detenernos, exiliarnos y asesinarnos. No hubo primavera ni amores sin sobresaltos en noches eternas, como la noche chilena que se cernió sobre vuestro país hace dos centurias. Vino del norte a lomo de caballo y fuego de fusil para quedarse. Entonces, hoy como ayer, el mapuche apretó los dientes, irguió la cerviz, entornó su mirada de indio y dijo ¡basta!, como el pueblo chileno que luchó contra la dictadura armado de dignidad.
Por eso estas palabras impregnadas de lágrimas, de memoria, de solidaridad, de pasado, de furia, de ternura, de aliento y, por sobre todo, de esperanza que en un futuro no lejano los chilenos entiendan que son más mapuche de lo que creen o quieren y que el País Mapuche posee raíces ancestrales en los bosques del sur donde nació un atardecer desde las entrañas de una estrella azul que quiso ser mujer, pájaro, volcán mucho antes que Chile fuera Chile.
Tito Tricot
Sociólogo
Director
Centro de Estudios de América Latina y el Caribe CEALC
Desde un País llamado Chile
lunes, 16 de agosto de 2010
Matrimonio en el Islam y su relación con el matrimonio chileno
Leelo en: http://www.scribd.com/doc/35985163/Matrimonio-en-el-Islam
viernes, 13 de agosto de 2010
Día de Acción Global en Apoyo a los Presos Políticos Mapuche #3
Link: http://www.scribd.com/doc/35868237/Proteccion-de-Derechos-de-los-Pueblos-Indigenas-en-Chile
jueves, 12 de agosto de 2010
Día de Acción Global en Apoyo a los Presos Políticos Mapuche #1
La antigua guerra a muerte contra el mapuche
Tito Tricot
Dicen los que saben, que los más antiguos de los antiguos estaban hechos de lluvia azul. Y así caminaban por el mundo, pintando mariposas y océanos sin pausa, descansando sólo en las noches más oscuras alumbrándose de luciérnagas tiernas. Algunos dicen que, en realidad, eran dioses orlados de viento que buscaban la mejor tierra para sembrar sueños y, de pronto, sin previo aviso, en una tormenta imposible de relámpagos y volcanes fulgentes, se dibujó en toda su morena hermosura la primera lagmien mapuche. Toda esta tierra es tuya, le susurraron con fuego para que jamás nunca se le olvidara, ni a sus hijos, ni a los hijos de sus hijos. Y así a la gente de la tierra se les dio el Meli Witran Mapu – los cuatro puntos cardinales – para que allí hicieran el amor sin prisa y, también sin urgencia, compartieran los frutos de sus entrañas que eran, les dijeron, de todos y de nadie. Que aquí podrían construir su Mundo y su País, y les dieron choroyes y arrayanes, quilas y bandurrias, lagos y montañas, y en el centro de su corazón les dibujaron un río tan bello y tan azulado que daban ganas de llorar en las desconcertantes madrugadas de rocío virgen. Hilar su Mundo y su País, les dijeron, pero, con un dejo de tristeza y con descomunal pesadumbre, entornaron sus ojos de lluvia para advertirles que desde allende los mares vendrían de yelmo y alabardas para matarlos a todos en nombre de un dios ajeno. Que tuvieran cuidado, porque aquende la muerte se vestiría de uniforme chileno y argentino; y todo se lo dijeron en tiempos en que no existían ni Chile y Argentina, sino tan sólo el Wallmapu, el País Mapuche, su país de tierra fértil y pródiga y, por lo mismo, apetecible por forasteros de distinto signo.
Así, aún perplejos ante la posibilidad de que les arrebataran sus tierras y sus sueños que apenas comenzaban, los mapuche se abocaron a la tarea de irisar su Mundo sustentado en Itrofillmongen, la vida en su conjunto, la biodiversidad, el equilibrio, el respeto. Al bienestar en armonía le llamaron Küme Felen; Küme Mongen a la calidad de vida y Nor-Felen a la ley natural o autorregulación de la naturaleza de las distintas dimensiones del Mundo Mapuche donde habitan los hombres y las fuerzas de la vida desde tiempos inmemoriales. O desde todos los tiempos, que es el tiempo mapuche, el justo que necesitaron para construir el Wallmapu. El país mapuche, que oteaba dos océanos y dos cordilleras, se nutrió de la lluvia azul de los más antiguos de los antiguos y del Ad Mapu para iluminar a los nagche, wenteche, lafkenche, williche, pewenche o puelche, mapuche todos, gente de la tierra para que nunca se les olvide. Y es tan colosal su memoria que no pueden dejar de recordar, aunque quieran. Cuentan que había un anciano tan anciano que era la memoria misma. Vivía allá por Curarrehue con su familia, caballos y ovejas. Se iba orillando la cordillera cazando leones, perdiéndose semanas enteras, a veces meses, en búsqueda del tiro perfecto, porque el puma le destrozaba las ovejas en plena noche sin que nadie se percatara y eso no es justo, decía. Y recordaba cada oveja, cada gallina, cada yegua perdida a manos del león, las suyas y las ajenas, las de ahora y las de ayer, porque nunca hay que olvidar que el olvido es otra forma de morir, les espetaba a sus hijos y nietos alrededor del fogón de la ruka. El mismo lugar donde una noche de temporal les contó sin prevenirlos que conoció en persona a los antiguos de lluvia azul que, incluso, les rozó la piel de agua cuando en una noche de tormenta como ésta quiso averiguar los insondables misterios de los orígenes más remotos del universo. Y supo que desde el cielo cayeron rocas fulgurantes que formaron volcanes y montañas, que de las lágrimas de las estrellas nacieron lagos y ríos tornasoles y que al paso desnudo de la primigenia mujer mapuche nacieron flores bermejas y pájaros encinta. Supo, también, porque lo vio con sus propios ojos, que los mapuche sufrieron el formidable castigo de Chau Ngenechen por haber infringido los principios del Ad Mapu. Y llovió tanto que los mapuche lloraron desconsoladamente, lo que hizo subir aún más las arremolinadas aguas. Entonces más lloraban de pavor y arrepentimiento y más subían los mares y los lagos y los ríos. Se oscureció el cielo con tal fuerza que los aterrados mapuche sólo vieron tinieblas en el horizonte para siempre, dijo el anciano mientras observaba caviloso las lenguas de fuego que crepitaban en medio del invierno. Porque lo vio, nadie se lo contó, porque era la memoria misma, la brasa de una cultura tan antigua como su tierra, pensaron silentes los niños que soñaban con cazar leones por las gargantas andinas.
De pronto, murmuró el anciano, hubo tal estruendo que la tierra se abrió en dos y el agua arrastró a todos los mapuche mar adentro, convirtiéndolos en peces añiles y piedras negras. Parece que se murió un instante el sol, reflexionó, pues cuando abrí nuevamente los ojos asomaron en la cima más alta del monte más alto cuatro mapuche ateridos de frío que decían algo así como: nunca más, lo prometemos, Chau Ngenechen. Nunca más. Un anciano y una anciana, un joven y una joven, eran. Y los niños escuchando fascinados cómo de la muerte renacía la vida, y el abuelo que lo ha visto todo, recordando con amargura el día inclemente cuando su pueblo casi perece ahogado. Pero sobrevivió, para levantarse en todos los rincones del Wallmapu sin olvidar jamás la terrible lucha entre los poderes de la tierra y el mar que, a fin de cuenta, son los estertores del desequilibrio de la Ñuke Mapu ofendida por el egoísmo del hombre. Y el más grande egoísmo arribó desde Europa ataviado de coraza, rodela, cota de malla, casco y calzón de rojo terciopelo, hediendo a viaje de galeón. Y para matar traían sus enfermedades y sus armas: espadas, arcabuces, caballos, cañones, lanzas, ballestas, montantes. Traían la más implacable de las guerras y a un dios blanco de ojos azules que supervisaba diligente masacres y esclavitudes, violaciones y estupros por doquier. Yo sentí la glacial ferocidad de su mirada, cuenta el anciano de Curarrehue, una tarde de primavera cuando quise preguntarle el por qué de tanta crueldad. ¿Es que no les basta con sus propias tierras y sus propios animales?, dije yo con mi palabra. Es mi tierra, gritó con voz atronadora, mi acuarela, mi escultura, mi aguafuerte, mi arpillera, mi vitral, mi mosaico, mi libro abierto, mi orgasmo cósmico. Mi propiedad.
¿Y qué es propiedad?, le interrogué desconcertado. Me miró con desprecio desde las alturas de su ciclópeo porte para reír burlesco: todo lo que no se puede tocar por los siglos de los siglos, amén. ¿Y qué no se puede tocar por los siglos de los siglos, amén, inquirí? Aún con desdén y molesto por haberle interrumpido su siesta, vociferó: los bosques, la tierra, los lagos, los ríos, las montañas, el cobre, la plata, el carbón, los mares, los peces, el aire, los pájaros, el agua, las ruka, los caballos, las gallinas, los pavos, los corderos, el trigo, los chícharos, el merken, las plantas, las cascadas, las risas, las manos, las piernas, el amor, los dientes, los vientres maternos y sus hijos, los sueños, la muerte. Todo lo que es riqueza o puede convertirse en riqueza, rubricó desganado.
Pero, declaré y reclamé, al tiempo que le miraba fijamente a los ojos, turbios como el río en invierno, los más antiguos de los antiguos nos dieron el Meli Witran Mapu para que hiciéramos el amor sin prisa y, también sin urgencia, compartiéramos los frutos de sus entrañas que eran, nos dijeron, de todos y de nadie. Que aquí podríamos construir nuestro Mundo y nuestro País. Y así lo hicimos entre dos océanos, sin premura y sin propiedad alguna, que no la conocíamos; y los pájaros anidaban en cualquier árbol, los lagos se posaban en inesperados recovecos, mientras los ríos fluían sin pausa por entre ventisqueros, bosques y acantilados para besar atónitos el mar, que era también el mar de todos. Y de todos la tierra que se podía tocar por los siglos de los siglos, amen. Es mi palabra, dije, y en ese preciso momento, desde la profundidad de su garganta de plata, brotaron alambres de púa, fusiles, aserraderos, colonos, militares, reducciones, asesinatos, torturas, exilios, migraciones, policías, matanzas y países ignotos que clavaron sus banderas de seda en el corazón del Wallmapu. Entonces, nada fue jamás igual y el anciano con su memoria a cuestas se refugió en la cordillera, pero ya no pudo cazar pumas, porque lo persiguieron, lo acorralaron, lo redujeron, lo radicaron a la fuerza y lo asesinaron a la fuerza en nombre de la civilización. Le usurparon el País Mapuche y le pulverizaron el Mundo Mapuche en nombre de la razón, de la riqueza y de aquella propiedad de la cual hablaba el dios extraño que gritaba la barbarie de los indios.
Y los indios se guarecieron en sus silencios de indio para enfrentarse al egoísmo wingka, mientras bajo las piedras, en los recodos de los ríos, en las copas de los árboles, en los contrafuertes cordilleranos y en el fondo del mar, guardaban sus palabras, sueños, memorias, anuncios y denuncias, virtudes y vilezas, victorias y derrotas, amores y desamores, cantos y bailes, los primeros y los últimos pasos. Con especial cuidado escondieron el mapudungun, su lengua, y el origen del mundo y las leyes de la naturaleza. Todo, según cuentan, en un volcán en llamas donde sólo los kimche conocieron del secreto para evitar que el kimun mapuche ardiera en brasas y ceniza. Fue tal su sapiencia que, en las noches más opacas, desde sus ruka, sus campos y sus montes, salían sigilosos hombres, mujeres, ancianos y niños para dirigirse al volcán de la memoria. Allí recuperaban palabras, ritos, nombres, historias y, por sobre todo, el sueño de libertad que les mantenía vivos mientras el wingka les horadaba el alma. Los mapuche se negaban a morir o desaparecer en la ira de los vientos despiadados que venían del norte a lomo de caballo, en cureñas, de quepís, de sable y bayoneta, de fusil y revolver. Venían de la guerra para hacer otra guerra: de la civilización contra la barbarie, de la chilenidad contra la mapuchidad.
Guerra a muerte, hermano, que se entronizó en el País Mapuche ocupado por la fuerza armada. Guerra a muerte, hermano, que se acuarteló en el Mundo Mapuche ocupado por la violencia chilena. Y a nuestro territorio expoliado le llamaron frontera, cuando, en realidad, la frontera eran ellos; nos llamaron salvajes cuando, en realidad, los bárbaros eran ellos. Le denominan el conflicto mapuche, cuando en realidad el conflicto es de ellos que temen reconocer su indianidad.
Hoy nos llaman terroristas, cuando el terror lo siembran ellos en las comunidades con sus allanamientos y golpizas y bombas lacrimógenas y balazos y muertos. Porque los chilenos comenzaron a asesinar mapuche en el siglo diecinueve, prosiguieron en el siglo veinte y continúan en el siglo veintiuno. Matías Catrileo, Alex Lemun y Jaime Mendoza cayeron en nuestro país ocupado por la fuerza militar. Es por la propiedad que no conocíamos, por los árboles y las aguas, los minerales, los peces, los pájaros. Y la tierra que nos dieron para siempre los más antiguos de los antiguos allá en Collipulli, Temucuicui, Lumako, Neltume. Liquiñe, Lleu-Lleu, Cuyinco, Tirua, en la costa, en la montaña, en los valles, nos dieron, para construir el País Mapuche y el Mundo Mapuche. Es mi palabra, para que nos dejen en paz y simplemente ser lluvia o tierra o mar, dijo el anciano de Curarrehue que es la memoria misma y que caminaba por el sur del mundo mucho antes que los chilenos.
Tito Tricot
Sociólogo
Biblioteca Sin Requisitos agradece al porfesor Tito Tricot por permitir publicar este y todos los escritos y publicaciones de su autoría en beneficio de los lectores del blog.
jueves, 5 de agosto de 2010
Día de Acción Global en Apoyo a los Presos Políticos Mapuche
Hemos propuesto como primera iniciativa global realizar una actividad de carácter internacionalista para el dia 12 de agosto donde todos estan invitados a participar mediante manifestaciones, conciertos de apoyo,envio de cartas a las embajadas o cualquier iniciativa que cada agrupacion o individuo considere prudente con el fin de solidarizar con los prisioneros en huelga. En el sitio web econtraran la informacion, propuestas de acciones, noticias de las acciones solidarias realizadas y la campaña que esperamos firmes y envies.
Nos gustaria tambien mediante esta carta de saludo, expresar nuestro mas absoluto respaldo y felicitacion a todos los compañeros que organizaron en 5 distintas ciudades chilenas marchas de apoyo, como tambien a los asistente a estas. Consideramos que acciones concretas como esta nos dan un claro ejemplo de coordinación espontanea ante una situacion de injusticia por lo que desde nuestro punto de vista las diversas asociaciones que nos encontramos fuera del territorio chileno debemos actuar en base al loable ejemplo que nos dan los compañeros en chile hoy 2 de agosto del 2010.
Convocan:
Folil, Holanda
Tierra y Libertad por Arauco, Francia
Comabe, Belgica
Defensoria Internacional de los Derechos de los Pueblos (DIDEPU),Suiza
Enlace Mapuche Internacional, Inglaterra
Colectivo Zudaka, Belgica
Flor Calfunao, Coordinadora Internacional del Defensor Autonomo mapuche,Suiza
Andrea Marifil, co-presidenta del Conclave Indigena Global
Comision Etica contra la Tortura, Seccion Europea
Taller Cicatriz, Francia
Rachael Ann Die, Antropologa en la Universidad de Texas, Miembro de la agrupacion por los derechos de los inmigrantes “Ella pelea”, U.S.A.
El día 12 de Agosto se publicarán en el blog todos los archivos recibidos.
Además las publicaciones en solidaridad serán envíadas al sur, específicamente a las familias de lxs presxs o a lxs mismxs presxs en huelga de hambre.
Cualquier otra invitación o idea referente a este tema o a otros no duden en comunicarla al mail sin.requisitos@gmail.com